Los Andes continúa con la exigente pretemporada que dispuso el cuerpo tenico, y ayer el plantel realizó triple turno. Para relajarse jugaron un picado entre solteros y casados, que incluyó apuestas para el asado del mediodía. Los más jovenes fueron los perdedores y debieron servir a sus compañeros.
La actividad física comenzó bien temprano y tuvo lugar en la playa. Luego de una entrada en calor con mucha movilidad articular y elongación, los preparadores físicos dispusieron hacer los clásicos ejercicios de fuerza máxima.
Una vez finalizados los trabajos en la arena, el grupo de futbolistas se dirigió al Hotel Jagüel del Medio, donde desayunó y partió rumbo hacia otro entrenamiento, en el CADU. El plantel hizo tareas de coordinación en seis estaciones y un trabajo técnico-táctico, comandando por el entrenador Enrique Hrabina. Para culminar la actividad matutina y esperar más relajados el almuerzo, los profes diagramaron movimientos regenerativos.
Durante el último turno, en horas de la tarde, volvió a desarrollarse en la playa. Se realizaron dos ejercicios aeróbicos de baja intensidad y una actividad de técnica individual. El único jugador que se entrenó en forma diferenciada fue el defensor Julián Bogao, ya que continúa con molestias en una de sus rodillas.
El Milrayitas tendrá este jueves doble turno y por la tarde jugará el último amistoso en Santa Teresita, frente a Social Mar de Ajo.
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